La esperanza está puesta en el OAJ, pero su efectividad dependerá de que esté integrado por personas con verdadera experiencia

En el recientemente reformado Poder Judicial laboran más de 52 mil personas. De ese tamaño es la responsabilidad y capacidad que asumirá el nuevo Órgano de Administración Judicial (OAJ), una instancia con plena independencia encargada de gestionar la carrera judicial.

Este nuevo órgano será responsable de los nombramientos y la formación de jueces, de la creación de nuevas instancias jurisdiccionales y de la administración del presupuesto. Todo ello, completamente separado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El actual Consejo de la Judicatura será reemplazado por dos nuevas entidades: el Tribunal de Disciplina Judicial —cuyos integrantes ya fueron electos por voto popular en las pasadas elecciones— y el Órgano de Administración Judicial, que estará integrado por cinco miembros: tres designados por la SCJN, uno por el Poder Ejecutivo y otro por el Senado de la República.

Quienes comprenden la dimensión del poder que tendrán los integrantes del OAJ no se sorprendieron cuando la aún presidenta de la SCJN, Norma Piña, intentó adelantar el nombramiento de los tres representantes que le corresponden al Poder Judicial, justo antes de que entre en funciones la nueva Corte.

La decisión fue duramente criticada, principalmente por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien calificó como poco ética la intención de adelantar los nombramientos. Además, hizo un llamado a la Corte para que, en los pocos meses que le restan en funciones, se dedique a trabajar y evite proteger a delincuentes mediante amparos.

Tras la elección judicial, la atención sigue centrada en los nuevos ministros, especialmente en el próximo presidente de la Suprema Corte, Hugo Aguilar. Su perfil sorprendió al obtener poco más de seis millones de votos, y ha prometido una reforma profunda del máximo tribunal.

Sin embargo, aunque hoy parece que lo más relevante es quiénes integrarán la nueva SCJN, el objetivo central de esta reforma siempre fue mejorar el funcionamiento del Poder Judicial desde sus niveles más altos, sin afectar los derechos ni condiciones laborales de quienes trabajan en él.

Aunque el proceso electoral fue exitoso en términos organizativos, el impacto sobre los trabajadores del Poder Judicial ya es una realidad. En muchos casos, llegarán nuevos titulares, jueces y magistrados, con escasa trayectoria en la carrera judicial, lo que ha generado incertidumbre en el funcionamiento de juzgados y tribunales colegiados. En un sistema con rezagos acumulados, no hay margen para una prolongada curva de aprendizaje, lo que podría generar tensiones y descontento entre el personal.

En este contexto, el OAJ podría representar un respiro para los trabajadores. Si bien la reforma ya es un hecho consumado y miles de empleados han tenido que adaptarse a las nuevas reglas, eso no significa que hayan estado de acuerdo con ellas. Las anomalías que surjan entre los nuevos perfiles electos son, en muchos casos, inevitables.

La esperanza está puesta en el OAJ, pero su efectividad dependerá de que esté integrado por personas con verdadera experiencia en la carrera judicial, y con un perfil imparcial, ajeno a intereses políticos. Sin embargo, este objetivo se complica desde el origen, al estar su conformación en manos de los tres poderes del Estado.

Será crucial observar con atención a los integrantes del OAJ. Desde ahí se podrá garantizar no sólo el nombramiento de perfiles capaces y preparados, sino también una administración financiera responsable que no repercuta negativamente en los derechos ni condiciones laborales de los trabajadores.

MADRUGUETES

La ciudad esponja

La Jefa de Gobierno, Clara Brugada echó a andar el programa de los 100 Puntos de Acupuntura Hídrica, una estrategia que busca infiltrar millones de litros de agua de lluvia al subsuelo capitalino, comenzando por zonas históricamente vulnerables a inundaciones como Iztapalapa, Tlalpan, Xochimilco y Álvaro Obregón. Una iniciativa que luce adecuada para ayudar a socavar el problema del agua en la ciudad; sin embargo, el verdadero reto será convertir este proyecto en política de Estado y no en una solución de sexenio. La llamada “ciudad esponja” también requiere que la IP le haga frente a un problema que nos afecta a todos. Por fortuna hay firmas como Rotoplas, que en su unidad de negocio Servicios de Agua dirige Juan Pablo Rodríguez, y que ha logrado instalar sistemas de captación en más de 244 escuelas en beneficio de más de 55 mil personas, con lo que se han podido recuperar más de 47 millones de litros de agua.

Promueve cumplimiento de normas

El cumplimiento de normas y estándares a través de actividades como la normalización, estandarización, acreditación y evaluación de la conformidad, englobadas en el Sistema Nacional de Infraestructura de la Calidad (SNIC), es vital para comercializar productos y servicios en favor de la salud y seguridad del consumidor, la protección al ambiente, así como para aumentar la competitividad de México en el extranjero. Al respecto, hoy la Entidad Mexicana de Acreditación (ema), presidida por Raúl Tornel, organismo comprometido para garantizar el cumplimiento de normas en beneficio de los consumidores finales, mediante la acreditación a laboratorios, unidades de inspección y organismos de certificación, celebra la Jornada de Normas y Acreditación en el estado de Aguascalientes, gobernado por María Teresa Jiménez, evento realizado en conjunto con (Profepa), de Mariana Boy, y otros organismos empresariales.

POR LAURA PUENTE

COLABORADORA

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