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El presidente de Morena operó para que Marcelo Ebrard madrugara a propios y extraños, ya que el canciller estaba harto de que no lo tomaran en cuenta
Todavía no definen las reglas para la encuesta que se realizará en agosto para elegir candidato presidencial y ya comenzó la batalla en el corazón de la Cuarta Transformación. Veremos encuestas ficticias, traiciones, vituperios, ataques, deslealtades, oportunismo y mucho cinismo.
Ante los resultados electorales del Estado de México, se avecina el siguiente año una aplanadora por parte de Morena en ocho entidades del país donde habrá comicios, además de que las encuestas los dan como claros favoritos para refrendar la Presidencia de la República y la jefatura de Gobierno.
Las corcholatas ya afilaron sus cuchillos electorales, reagruparon a sus equipos en todas las áreas y fortalecieron sus vínculos territoriales.
Todo surgió hace dos semanas cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador informó a sus cercanos, entre ellos Mario Delgado, que el 15 de junio tenían que renunciar a su cargo quienes pretendían competir por la candidatura presidencial. Hablamos de Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
Sin embargo, el presidente de Morena operó para que Marcelo Ebrard madrugara a propios y extraños, ya que el canciller estaba harto de que no lo tomaran en cuenta como el político con más empaque para la silla presidencial, por lo que dio el banderazo de salida al anunciar su renuncia de Relaciones Exteriores para el próximo 12 de junio. Esta decisión no sorprendió a nadie, ya que algunos de los gobernadores que asistieron a la cena que convocó AMLO, justo el lunes pasado, comentaron que tenían indicios de que Mario Delgado nuevamente andaba de Sancho Panza de su anterior jefe, aunque diga que está con la doctora o supuestamente imparcial.
Estas coincidencias calaron hondo en Palacio Nacional, donde no quieren ver ni en pintura a Mario Delgado, pues además de mostrar sus verdaderas lealtades, en las elecciones del pasado domingo se demostró que de los 20 puntos que Delfina Gómez llevaba de ventaja en el Edomex, se perdieron más de 12 puntos gracias al pésimo papel de uno de los mejores amigos de Marcelo Ebrard. No dude que tomen cartas en el asunto, ya que tanto Ebrard, como el todavía dirigente de Morena ignoraron el llamado a la unidad y a respetar los procesos, en especial porque Delgado conocía las reglas del juego que había sugerido el presidente López Obrador.
Respecto a Claudia Sheinbaum, amplia favorita tras el triunfo de Delfina Gómez en el Edomex, sabe que anda en el ánimo del titular del Ejecutivo. Alfonso Ramírez Cuellar, Tatiana Clouthier, Alfonso Brito, Antoni Gutiérrez-Rubí y Heurística son los soldados políticos que acompañarán a la jefa de gobierno en la madre de todas las batallas políticas de la Cuarta Transformación.
Por su parte, Adán Augusto López, de acuerdo con varias encuestas, mandó al tercer lugar al canciller Marcelo Ebrard y se acerca discretamente a Claudia Sheinbaum. Tiene un equipo de consultores sólido y su crecimiento es inaudito para una campaña que tiene menos de tres meses.
Así, Andrés Manuel López Obrador teje fino para fortalecer un movimiento que promete instalarse seis años más, a pesar de las traiciones que apenas comienzan a ventilarse.
POR LAURA PUENTE
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@LAURAPUENTEEN